martes, 20 de enero de 2009

ADIÓS, W.

Se acabó, se fue, se terminó. Aunque aún queden huellas de su paso para un cierto tiempo, George W. se ha ido. Tanta paz lleve como descanso deja. Decían que Ronald Reagan daba sentido a aquella máxima de que Estados Unidos es el país donde todo es posible porque cualquiera puede ser Presidente, pues bien, aquel resulta incomparable con este. A Reagan al menos se le pueden poner cosas en el haber, aunque su debe en ocasiones espante y más que espantará cuando seamos conscientes de que las primeras piedras del cataclismo económico de hoy las empezó a poner él junto a Margaret Thatcher.

Por tanto adiós al cowboy, al ignorante, a la sonrisilla de granjero recién peído, al conmigo o contra mí, al cataclismo estratégico, a las mentiras de estado, al capitalismo salvaje, al hombre tocado por el dedo de Dios, al vengativo, al torpe, al que esconde, al que llena el bolsillo de sus amigos, al adulador de cristianos integristas, al amigo del rifle, al Presdiente pucherazo. Adiós W.

Y en el fondo en el fondo, no creo que seas tan abyecto, muy en el fondo tengo la impresión de que has sido el tonto útil de quienes te pagaron tus campañas. Cheney, Rumsfeld, Wolfowitz, esos halcones negros de los que te rodeaste, con tanto que callar y tanto que cerrar en su caja fuerte. Ojalá algún día podamos cuadrar todo el beneficio que ellos han sacado de tu política exterior y encontremos la explicación a tanta mentira y tanto error inexplicable.

Pero esto será otra cosa. Otro día hablamos de la conspiranoia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Adiós caimán adiós caimán...
jorgitus tú sí que can

Anónimo dijo...

Pena que no se despidiera con una caída al subir al helicóptero...
El presidente número 43 de los Estados Unidos de América será recordado por leer "Mi cabra y yo"...