sábado, 30 de agosto de 2008

No pienses en un elefante



George Lakoff parece haberse erigido en uno de los nuevos totems de las socialdemocracias allende los mares, de hecho estuvo entre los destacados del "comité de sabios" que el PSOE agrupó como asesores en su última campaña.

Lakoff es experto en lingüistica cognitiva y ha profundizado en la naturaleza del pensamiento y su expresión en el lenguaje, yendo un poco más allá al aplicar sus conocimientos en la estructuración del discurso político.

Este pequeño librito, aparecido en 2004 es ya lectura de cabecera de los demócratas estadounidenses y desde su traducción en 2007 al castellano es recomendado por cualquier miembro del PSOE preocupado por la estrategia y el discurso.

Al margen del alineamiento reconocido de Lakoff en el mundo "progresista" el libro resulta muy interesante para cualquiera que quiera indagar un poco en esto de la confección del mensaje, ya que es un libro reactivo, es decir: Lakoff reconoce que la derecha lleva décadas de adelanto trabajando en este campo y ahora conmina a la izquierda a que haga lo mismo, por tanto la receta es válida para cualquiera, sea del color político que sea. A la derecha le ha funcionado, y ahora pretende que la izquierda trabaje utilizando las mismas herramientas para sacar aún más provecho que aquellos. Obvio, para Lakoff los valores progresistas son mejores y se puede sacar más partido de ellos.

Todo el argumento rota en torno a la idea de el pensamiento humano se fundamenta en códigos que configuran un marco ideal, de encuadre fundamental de mensaje. Según este profesor de Berkeley dichos marcos responden a dos modelos clásicos ligados a la idea familiar: la del padre protector (identificado con el pensamiento progresista) y la del padre estricto (la derecha). En función de esos marcos predeterminados, el político debe pensar su mensaje para que sea capaz de ser percibido dentro de los códigos naturales del tipo de persona a quien se dirigen.

Es un resumen a grandes rasgos de un libro pequeño de lectura fácil, comprensible e interesante, pero además de ello me gustaría destacar un aspecto al que Lakoff hace referencia. Como ya he dicho el autor hace mención a que la derecha (estadounidense en particular, de hecho todo el libro se centra en la experiencia de este país y quizá ello sea su mayor punto débil) lleva décadas trabajando el pensamiento, buscando coincidencias de mensaje, dinfundiendo ideas, invirtiendo (toneladas de dinero) en publicaciones y think tanks en los que formar analistas y luego exportarlos a los medios de comunicación, todo ello con la intención de expandir su mensaje lo más unitariamente posible a cuantos más vientos mejor. Por contra reprocha a la izquierda que durante tantos años haya dado por bueno el mito idiota y falaz de que a la derecha no le interesa la cultura y el estudio. A fuerza de mirarse el ombligo como única fábrica de ideas, la derecha y sus think tanks los adelantaron por los cuatro costados. ¿Les suena esto de algo? Una pista: sumen Zapatero + Caldera + Fundaciones PSOE y tendrán como resultado la gran fábrica de ideas que se publicitó tras las últimas elecciones. Claro como el agua, ¿verdad?.

No pienses en un elefante. George Lakoff. Editorial Complutense, Madrid: 2007.

miércoles, 6 de agosto de 2008

A vueltas con De Juana

Joseph Goebbles sabía muy bien del poder de la propaganda y con maestría la utilizó para sus fines. Los medios de comunicación modernos son perfectamente conscientes de que de facto son ese cuarto poder, un recurso que siempre está disponible para cuando la situación requiere que determinada noticia se agite o se pase de puntillas por ella. En el caso del etarra De Juana Chaos confluyeron estos resortes interesados de determinados medios de comunicación y, para crear un agravamiento aún mayor del asunto en la mentalidad colectiva, se adhirieron asociaciones de víctimas y partidos políticos.

Los medios crean estados de opinión, y venden problemas sacados oportunamente a la luz en determinadas situaciones, creando la ilusión de que están sucediendo por primera vez, o generando una sensación de agravamiento de ciertos asuntos como si estuviéramos al borde del abismo.

Uno se pregunta si aquella oleada de hace algunos años de perros asesinos fue un virus extraterrestre o si un buen puñado de estos animales formaron un contubernio para atacar seres humanos. Durante algunas semanas raro era el día en que no aparecía un caso. ¿Nunca antes lo hubo? ¿Nunca después? Lo mismo sucedió con execrables casos de violación y asesinato que, probablemente por la saña con que los criminales se cebaron en las víctimas, fueron morboso tema de portada durante buenas temporadas. En un esfuerzo memorístico parece que nada pasó entre las niñas de Alcàsser y Sandra Palo. Sin embargo las violaciones continuaron produciéndose en los años que median entre ambos casos.

En este tipo de ejemplos el comportamiento de los medios suele responder a las ventas que produce el morbo, pero a la vez contribuyen enormemente a generar una alarma social que, aunque no siempre podamos decir que es injustificada, si puede llegar a tener ciertas consecuencias no deseadas. El clamor de la calle puede traducirse en una salida a la palestra de las autoridades políticas que en virtud de calmar por un lado dicho clamor, y por otro anotarse un tanto ante la ciudadanía, especialmente si hay citas electorales a la vista, prometen la tipificación de nuevos delitos, reformas del Código Penal o endurecimiento de penas. En muchas ocasiones, como ya hemos visto, provocando desajustes y agravios entre las penas previstas para determinados delitos, castigando al que está en boca de todos por encima incluso de otros que objetivamente conllevan una mayor gravedad.

En el caso De Juana Chaos el clamor iba un poco más allá, abogándose para dicho reo un cierto tipo de medidas más próximas al llamado derecho penal del enemigo que al que sería deseable en un Estado de Derecho. Probablemente pocos de quienes se lanzaron a la calle en aquellos días conocían los entresijos del caso, lo que se estaba debatiendo o los detalles del proceso legal (no siempre claro y coherente, por otra parte, tanto desde las autoridades judiciales como desde el Gobierno). Se había generado la ilusión de que el Gobierno iba a liberar a un asesino de ETA. Eso era suficiente para tomar la calle. Parecía que era la primera vez en la historia que un etarra salía de prisión.

Reclamar a la ciudadanía conocimientos suficientes como para juzgar las cosas por si misma de un modo sólido se antoja una utopía. Es, por tanto, comprensible que no sepan cómo funciona el régimen penitenciario, qué beneficios y reducciones había conseguido el etarra, porqué y cuándo (léase bajo que gobierno), qué determinaba el Código Penal con que fue juzgado (las variaciones en la norma son en derecho no retroactivas salvo en beneficio del reo), porqué se le pretendía mantener en la cárcel y porqué se le llevaba a un hospital o se le alimentaba a la fuerza. Tampoco, y es lamentable, se les supone conocedores de los principios que rigen el ordenamiento legal del Estado de Derecho, especialmente el criterio de la pena como medio de reinserción. Lo alarmante de todo esto es el poco esfuerzo que se hace en explicarlo, y lo peor, es ver a representantes políticos, que en otro tiempo dispensaron aún mayores beneficios penitenciarios, a los que se les supone que sí conocen estos detalles, codo con codo, encabezando la manifestación, agitando a sectores tan sensibles a estos casos como son las víctimas dejando patente ya no sólo un uso partidista del caso, sino un ejercicio de soberana irresponsabilidad social… ¿o quizá no tanto?

Hace poco tuvimos sobre la mesa el caso de la niña asesinada en Huelva, y de nuevo la gente salió a la calle. Otra vez se volvió a hablar de endurecimiento de penas, incluso de cadenas perpetuas. Un caso terrible que tuvo como cúspide una serie de errores de aplicación de sentencias se trató de llevar al campo del endurecimiento de la pena (si es que no lo es ya lo suficiente), porque es lo primero que pide la ciudadanía ante un escándalo semejante. Esta vez parece que los responsables políticos salieron al paso pidiendo cordura y tratando de explicar el problema, pero ¿se esforzaron lo suficiente como para que el mensaje quedase claro? ¿Recogieron el testigo los medios para informar de cómo realmente funciona esto?

Si uno no anda con cuidado en estos temas tan sensibles puede encontrarse siendo acusado de amigo de los terroristas (o violadores, póngase lo que proceda), cuando en realidad de lo que se trata es de mantener la legislación del Estado de Derecho dentro de los principios que se le presuponen. Es una postura impopular en momentos así, y difícil de mantener como difícil es nadar contra la corriente, pero absolutamente necesaria si no se quiere volver a los tiempos de la ejecución en plaza pública. Por tanto que quede claro el abisal desprecio que me produce un personaje como De Juana, que su actitud pone muy en duda la función de reinserción de las penas de cárcel puesto que no solamente se arrepiente sino que además continúa enalteciendo su lucha y la de sus afines, y es que no parece tan fácil conseguir el mea culpa de un criminal ideológico. Por ello, defendiendo que este asesino debe estar en la calle porque oficialmente su pena está cumplida, no se le debe dar el más mínimo margen para que cometa el más mínimo enaltecimiento o apología del crimen terrorista. En estos días ya se han oído voces desde el Gobierno vasco pidiendo que no se construyan nuevas acusaciones, cuando él solito da pie a ello, o que se marche lejos porque no le van a dejar en paz los que piden venganza, e incluso acusando a priori a la Fiscalía General del Estado de tener una actitud contraria a la democracia. Manifestaciones como esta vuelven a dejar patente que el PNV, en lo tocante al problema vasco, continúa jugando a lo suyo, condenando el terrorismo cuando toca pero protegiendo la casa común cuando hay que hacer frente nacionalista. Aquellos que desde el PP acusan al PNV de tener los mismos objetivos que ETA (es cierto en parte) y agenda (un exceso inadmisible) pueden ver reforzadas sus posturas con declaraciones como estas, hipócritas, cobardes y falsarias.

No se hace ningún favor el nacionalismo democrático vasco dando cobertura a De Juana. Quizá el día que abandonen sus flirteos, el día que se den cuenta que ante el totalitarismo asesino no hay puntos en común, el día que dejen de pensar en el beneficio propio, quizá ese sea el día en que se produzca, de verdad, el principio del fin.

martes, 5 de agosto de 2008

Un corazón invencible (A mighty heart)













Inauguramos la sección cine con esta película que recientemente ha caído en mis manos y que se pudo ver en las pantallas a finales del año pasado.




Narra la desaparición de Daniel Pearl, el periodista del Wall Street Journal secuestrado en Pakistán en enero de 2002, la investigación y el final desenlace. Uno se alegra que proyectos de este tipo caigan en manos de gente como Winterbottom, porque hubiese sido muy fácil hacer lo que hubiese hecho Hollywood en el 95% de las ocasiones: fabricarnos un folletín lacrimógeno y maniqueo. Sin embargo esta película, fiel a ese estilo británico que va rozando en la forma de rodar las claves del documental, aparece como un producto descarnado, sin artificios (no los necesita, la historia que cuenta ya se las trae de por sí), sin chorretones de sangre gratuítos (cosa que le añade una dignidad más que loable), sin dramatismos innecesarios y, lo que más me ha gustado, con un respeto escrupuloso a los hechos. Sin pretender ser didáctica ni dar una lección académica de lo que se cuece en Pakistán, cualquiera que tenga un poquito de formación en el tema va a identificar un montón de cosas, y al que no las tenga le va a dar algunas claves con las que encuadrar un poco mejor una historia compleja, un drama individual que sin embargo mantiene estrechos lazos con lo que sucedía a nivel mundial en aquellos momentos. El retrato del ISI (servicio secreto pakistaní), el juego a tres bandas de las autoridades militares de aquel país (entre los rescoldos del apoyo a los talibanes, la emergente presión diplomática estadounidense y la paranoia anti-india), el fluir de la red de Al-Qaeda por las intrincadas callejas de las ciudades y, sobre todo, su cálculo, el cálculo estratégico que muchas veces obviamos amparando al enemigo en su supuesta locura.




Una película muy seria, de esas que cuentan las cosas como ya pocas veces se hace, y ojo que la Jolie está estupenda.




A Mighty Heart. (R.U.-USA, 2007), de Michael Winterbottom. 100 minutos.




P.D.: Daniel Pearl apareció despedazado en siete trozos alrededor de un mes después de su desaparición, un vídeo entregado poco antes mostraba su decapitación. La mano ejecutora se le supone a Khalid Seijk Mohammed, yihadista de larga trayectoria e implicado en algunos de los proyectos más sonados de Al-Qaeda como el primer atentado contra el World Trade Center en 1993, el intento de volar en vuelo varios aviones en medio del Pacífico y el propio 11-S.

Los padres de Daniel Pearl crearon la Daniel Pearl Foundation (http://www.danielpearl.org/) para promover el entendimiento cultural a través del periodismo, la música y las nuevas vías de comunicación.

lunes, 28 de julio de 2008

¡Salvemos Occidente!

Llevo varios días intentando transmutar ideas rabiosas en calmadas desde que leí cierta noticia. ¿Qué puede provocar este efecto?. Nuestro querido ex-Presidente, José María Aznar, por supuesto. Por algún motivo este señor suele tener la habilidad de provocarme reacciones nada reflexivas, de modo que he de tomarme mi tiempo para no aparecer por aquí como un furibundo escupiendo palabras malsonantes.

El caso es que el otro día, rompiendo su tradición (invitación del arzobispo Cañizares mediante) de no acudir a los cursos de verano que en estas fechas celebran las universidades españolas, el ex-Presidente Aznar acudió a una de las conferencias de la Rey Juan Carlos (sobre laicismo y organizada por Cañizares, para ir abriendo boca). Allí fue presentado por el rector de la Rey Juan Carlos, Pedro González-Trevijano, con las palabras de gran patriota. Un paréntesis: me fascina el efecto de esta grandilocuente expresión, tan vacía y tan matizable, casi tanto como parece fascinar a quienes la usan. Por cierto, González-Trevijano, si no me equivoco, pasa por ser el único rector de derechas de una universidad pública madrileña, cosa que no debiera molestar ni sorprender, pero vaya por delante por si queda por ahí algún progre despistado que sigue creyendo que esto de la educación y la cultura es cosa de las izquierdas y se asombra ante el descubrimiento.

Volvamos al tema. Según informan diversos medios, lo más destacable de la intervención de Aznar, al margen de sus habituales caballos de batalla, fue el enlace que hizo entre defensa de los valores cristianos y el riesgo que corre Occidente de autodestruirse, porque según él, es en el mismo Occidente donde anida un perverso relativismo moral que lleva a ser condescendiente con terroristas y dictadores execrables. Por lo visto, somos tan necios que tenemos entre nosotros a gente que tiene la desvergüenza de acusar al propio Occidente, ¡a su propia casa!, de tener la culpa de que haya terroristas que nos odien y nos quieran aniquilar.

Nunca he coincidido con aquellos que pretenden explicar el terrorismo proveniente del exterior del mundo occidental como consecuencia de las malas artes de Occidente. Es obvio que la pobreza y la miseria, en buena parte derivadas del ansia devoradora de nuestro capitalismo globalizado, fomenta en buena medida posiciones radicales. Pero no todas, ni en toda medida. Hay más factores, y más importantes, si nos paramos detenidamente a analizar los casos, para explicar esto. Lo absurdo es hacer atalaya y querer desligar las cosas. El caldo de cultivo es el que es, y no se pueden tachar factores según interese a nuestro discurso. Efectivamente, como dice Aznar, hay una parte de Europa que denuncia nuestra parte de responsabilidad, y entre ellos hay una parte que solamente ve esa responsabilidad, postura tan errónea como la de Aznar al no querer ver ninguna. En cualquier caso es un tema que daría para mucho más. El ex-Presidente siguió dejando perlas.

La que más me interesa es aquella (concatenada) en la que insiste en que es un error sacar de la Constitución Europea las referencias al origen cristiano de nuestros valores, que somos mejores porque la evolución de la igualdad entre sexos y la evolución del cristianismo han ido de la mano, basta asomarse a la historia para comprobarlo, por tanto, como por ahí fuera esa evolución no se ha dado, y por ejemplo el Islam fue incapaz de abrir sus puertas a la Ciencia para el desarrollo humano, ya que tenemos encima una imparable oleada de emigración (y parece que ya se ve definitvamente mal el negarse a ella taxativamente y hay que dejar un margen de aceptación), los emigrantes que vengan deberán aceptar nuestros valores de raíz cristiana. Claro, ya tenemos a la bicha en casa (¿Hacia dónde va Europa sino queremos traer hijos ni defender nuestros valores?), como para encima dejar que vengan estos y nos impongan sus usos y costumbres.

Puede uno ir línea a línea y extraer multitud de debates de tan poca cosa. Desde meras diferencias de opinión a evidentes hipocresías, pero lo que me resulta más preocupante es la inmensa patada a la Historia que se produce. De tanto repetir aquello de la raíz cristiana parece que no hubiese existido otra cosa. ¿Alguién se tomará la molestia de explicarle al señor ex-presidente que antes de la expansión del cristianismo por Europa reinó la cultura greco-romana, y que a su vez los griegos serían incomprensibles sin los siglos de cultura egipcia? ¿Sabe que el propio cristianismo toma de muy distintos paganismos ritos y fechas a modo de inspiración? ¿Recuerda que además no es concebible la raíz cristiana sin la tradición judaica? ¿Se ha dado cuenta que el probablemente impulso cultural más importante encarnado en el Renacimiento bebió de Egipto, Grecia y Roma? ¿Se ha parado a pensar en las importaciones que trajeron de Oriente expediciones como las de Marco Polo o Alejandro Magno, asumiendo para nuestra cultura elementos chinos o de la India? ¿Y de los árabes? ¿Cuántas cosas hay, precisamente entre nosotros, los españoles, venidas con los árabes? Quizá alguien le haya dado al señor Aznar el derecho a parar la Historia y reinventarla como un pasaje puro y lineal donde las culturas han sido compartimentos estancos, o quizá lo que pretenda sea olvidar los hechos y trazar la línea a partir de la cual hemos de mantenernos separados de malas influencias. En cualquier caso me parece un discurso muy turbio y quizá peligroso, porque esconde rechazos nada recomendables y exclusivismos que, aunque parezca una afirmación un tanto apocalíptica, me recuerda a tiempos que no quisiera ver. Se empieza diciendo esto y se acaban montando campos de concentración. Hay que ser responsable cuando se dicen según que cosas y en según que tiempos, porque cuando pintan bastos es fácil elegir cabezas de turco de piel distinta a la propia. Espero que en la mente del señor ex-Presidente no sean estas las ideas que rondan y en la próxima conferencia las estructure mejor. No seré yo quien abogue por la absoluta permisividad y que nos encontremos con prácticas tan comunes en otros lugares como la ablación de clítoris campando a sus anchas, pero este argumento tan fácilmente desmontable de la raíz cristiana es de un absurdo elemental.

Una lectura recomendada: Las raíces de Europa, un articulito pequeño de Umberto Eco disponible en A Paso de Cangrejo (De Bolsillo, 2008) en el cual se pueden encontrar suficientes argumentos para rebatir posturas como estas. No creo que Eco sea sospechoso de ir soltando partidismos gratuitos como tampoco creo que la preparación del señor Aznar, especialmente en estas cosas, sea equiparable a la de Eco.

lunes, 21 de julio de 2008

"El Egipcio", absuelto.

Hace unos días el Tribunal Supremo ha dictado sentencia sobre los recursos presentados tras el juicio por el 11-M. Voy a centrarme en el caso de Rabei Osman El Sayed Ahmed, para los amigos El Egipcio.



Sobre Rabei Osman pesaba la sospecha de ser el cerebro de los atentados, y como ha resultado abuelto alguna mente torticera continúa dejando caer gotitas de duda sobre eso que se ha dado en llamar autoría intelectual. Tras esa rendija, los conspiranoides aún se cuelan para continuar enturbiando este proceso. Gracias a que determinados sectores se lo han trabajado bien, los titulares de casi toda la prensa se han centrado en el no hay autor intelectual (los que jalean la teoría de la conspiración) y en el desmontadas las tramas (quienes dan mayor importancia al hecho de que los atentados eran única y exclusivamente, de inspiración yihadista).



Centrando el tema en esto (ojo que no es cuestión baladí), se olvida la explicación pertinente sobre los porqués, y en el caso de Rabei Osman uno tiene que rebuscar en los recortes de prensa para encontrar los datos en los que se fundamenta la decisión de los tribunales. Analizando el caso uno se da cuenta que el problema central no es colocarle a alguien la autoría intelectual. El no procesamiento de El Egipcio tiene una base que va por otros derroteros y que, como en tantas otras ocasiones, no queda lo suficientemente explicada para el gran público.



En los últimos meses quien suscribe tuvo el placer de trabajar en este caso junto a un equipo de personas estupendas, algunas de ellas muy implicadas en la investigación. Voy a intentar ofrecer una serie de puntos muy someros que resumen la cuestión y tratan de explicarla.



1. Se considera que Rabei Osman es miembro de grupo yihadista.

2. No se demuestra su implicación directa en los atentados de Madrid porque se desestiman como prueba las grabaciones de la policía italiana en las que se atribuye lo de Madrid a él y su gente.

3. Pese a darse por probado que es miembro de grupo yihadista no se le puede condenar al ya estarlo en Italia, lo cual violentaría el sagrado principio jurídico del non bis in idem (no se puede juzgar dos veces por la misma cosa).



En estas bases hay varios problemas. Voy a ir en sentido inverso.



3. La sentencia italiana aún está pendiente de casación. Si mi amiga Agata, que trabajó en este estudio, y que además es italiana, se pasa por aquí, podrá explicar este punto mejor que yo. El caso es que no es cierto que la sentencia de la Corte de Milán sea firme, puesto que aún debe revisarse. Desconozco los motivos por los cuales los tribunales españoles han recurrido a un tecnicismo formal (non bis in idem) para precisamente obviar otro (no hay sentencia firme). Si algún experto en Derecho no me da una explicación convincente seguiré pensando que aquí hay una importante metedura de pata. No se puede considerar lo de italia como cosa juzgada.



2. La fiscal Olga Sánchez nos ilustró la perplejidad de los policías italianos que vinieron a las sesiones del juicio ordinario cuando vieron desestimadas las grabaciones. Ellos aseguraban que las copias originales se oían perfectamente y que no entendían como en la Sala madrileña el sonido estaba depauperado y menos que los intérpretes adujeran problemas de dialecto para efectuar una traducción correcta. Las grabaciones se desestimaron, y la prueba acusatoria principal se venía abajo.



1. Rabei Osman es miembro de grupo yihadista...¿pero cuál?



Confluyen por tanto problemas técnicos y un problema de prueba. Ante estos dos poco podemos hacer, pero el punto 1, que he dejado para el final conscientemente, abre la puerta a más implicaciones.



Si decimos que X es miembro de ETA lo tenemos muy claro, sabemos de que grupo estamos hablando y tenemos el concepto perfectamente acotado. Pero, ¿de qué grupo yihadista estamos hablando? ¿Somos conscientes de la cantidad de grupos de este perfil que existen? Si además añadimos que los jueces se escudan bajo la existencia de una sentencia en Italia tenemos por la fuerza que entender que están identificando el juicio italiano con el español, y en Italia no se juzgaba el 11-M, el problema parecen salvarlo con esa vaguedad del "grupo yihadista", y si lo que se juzga es la pertenencia se cuadra el argumento: es miembro, pero como está juzgado en Italia no se puede actuar contra él.



Hay un error de entendimiento del fenómeno yihadista diametral. Y algo de consciencia de ello deben tener porque, puestos a identificar esa cosa del "grupo yihadista" con un todo podrían haber hablado directamente de Al-Qaeda. Sin embargo no todo el yihadismo es Al-Qaeda, la cual, si precisamente por algo se caracteriza, es por su estructura de red, no piramidal, conformando una nebulosa difícil de domeñar y destejer. El gran peligro de la organización de Bin Laden es que no dependen de su estructura propia para ejecutar acciones. Las características de su discurso y sus mensajes dirigidos a una comunidad ideológico-espiritual sobrepasa las fronteras y no necesitan que quien recoja el testigo se presente en una cueva afgana para pasar una entrevista de trabajo. Por eso surgen células, aparentemente autónomas y desconectadas con las redes principales. Con el verbo en la mano cualquier musulmán que se haga eco de los dictados de Ayman al Zawahiri puede matar infieles allá donde se encuentre, de hecho el matadlos allí donde los encontreis ya aparecía como obligación del buen musulmán en la famosa carta de Bin Laden a judíos y cruzados a finales de los 90. Habría mucho más que explicar, porque existen otros grupos fundamentalistas violentos que se han adherido en los ultimos años a la gran asociación de Al-Qaeda, pero la conclusión preliminar con la que hemos de quedarnos es que el hecho de que Rabei Osman hubiese montado una red terrorista (ejecutiva o de apoyo) en Italia no es motivo suficiente para pensar que, porque tengan la misma cabeza, la red de Madrid fuese la misma. Una misma persona es perfectamente capaz, dentro de la estructura del yihadismo violento, de participar y pertenecer a varios grupos, en distintos lugares y que no tienen porqué estar necesariamente conectados entre sí. Por tanto pongo muy en duda la identificación que hace el Tribunal de "grupo yihadista" aquí y allí como si fueran el mismo.



Es cierto que entre los expertos difieren en un punto acerca de la supuesta autonomía de las células, especialmente las que surgen en Europa Occidental. Como muestra un botón, en el Foreing Policy del mes pasado aparecían cartas cruzadas entre dos pesos pesados como son Fernando Reinares y Marc Sageman. En oposición a Sageman, Reinares defiende que siempre aparece algún tipo de vínculo en uno o varios de los integrantes de esas supuestas células autónomas, ya sea en llamadas telefónicas, estancias en determinados lugares, o relaciones personales de algún tipo, con personas muy conectadas con Al Qaeda. Sageman oponía que en todos sus estudios sobre la red del 11-M no había encontrado ningún rastro de ello. Creo que el debate entre estos dos expertos da muestra de lo que antes he dicho teniendo a Al Qaeda como idea de nebulosa: lo intrincado de su red hace extremadamente difícil liberar toda la madeja. Es una problemática muy interesante, pero que creo que no afecta al final a la tesitura de definir la interconexión entre grupos a la hora de absolver a Rabei Osman, aunque fuese un enviado directo del mismísimo Bin Laden, aunque pudiésemos concluir que tanto la organización de Italia y de España son Al Qaeda. Sus actos no fueron los mismos, y no eran el mismo grupo aún teniendo un hombre común. ¿Acaso a un etarra no se le trata de juzgar por todos sus crímenes al margen de que haya sido miembro de distintos comandos dentro de una misma organización?.



Otro compañero y amigo, no perteneciente al grupo que trabajó el caso del Egipcio, mantuvo largas charlas sobre este asunto con uno de los abogados acusadores. Ya fue una satisfacción ver que las opiniones, con las que coincido, de este compañero calaron en el argumentario del abogado. Estas no son otras que el problema al que se enfrenta la justicia cuando tira de una jurisprudencia basada en la experiencia propia del país para aplicarla a un fenómeno que nos resulta novedoso y que no tiene ni de lejos la misma estructura de aquel. Más pronto que tarde el sistema empezará a chirriar, y la ley deberá adaptarse a las nuevas circunstancias. No es lo mismo juzgar a ETA con leyes pensadas para ETA que usar la misma herramienta con un grupo yihadista. No he podido leerlo al completo, pero me han chivado que en algún punto de la sentencia del Supremo hay mención a esto. Para un grupo de jóvenes politólogos, esa cosa rara que nadie sabe para qué sirven, es un pequeño triunfo ver como nuestra capacidad para enfocar las cosas desde un amplio espectro han tenido, al menos, cierto eco en disciplinas que tradicionalmente tienen el campo de visión muy estrecho, acotado y corto de reflejos.



Va por nosotros: Agata, M., R. y Pablito, sin olvidar a Victoria y sus buenos consejos.



P.D.: Pese todo, la actuación de los tribunales españoles me parece todo un ejemplo en comparación con la barbarie de Guantánamo, cosa digna de cualquier estado bajo dictadura brutal y que sin embargo lleva el sello de la nación adalid de la Democracia moderna.

jueves, 17 de julio de 2008

Las maniobras de ajedrez del Rey Abdalá

"Todos creemos en un único Dios, el cual estableció que las religiones de las gentes sean distintas. Si él hubiera querido, habría impuesto una sola religión a toda la humanidad. Nosotros nos reunimos aquí para confirmar que las religiones que Dios nos quiso conceder han de ser medios para la felicidad, no de disputa y de enfrentamiento".

No tengo ninguna intención de entrar en debates teológicos, bastante perplejidad le deja a un ateo convencido una afirmación como la que llega hasta el segundo punto y seguido. Donde quiero poner el acento es en lo posterior: felicidad, no disputa y enfrentamiento. Me parece maravilloso, una declaración de intenciones estupenda y un canto a la hermandad sumamente necesario después de siglos de historia a lo largo de los cuales las cabezas han rodado (y siguen rodando) en nombre de una y otra religión.

Lo que me fascina es que estas palabras salieron del Rey Abdalá de Arabia Saudí en la inauguración de la Conferencia Internacional para el Diálogo Intereligioso que se está celebrando en Madrid. Podemos aceptar la también suya afirmación de que el islam es la religión de la moderación, la ponderación y la tolerancia. Hoy día la religión musulmana no cuenta con buena prensa, y sin embargo hay que dar crédito a una afirmación como esta. He conocido musulmanes muy creyentes que eran personas estupendas, pero bien es sabido que hay otros igual de creyentes que oprimen, degollan, martirizan o se envuelven en explosivos para detonarse en un mercado. Como suele decirse, en todas partes cuecen habas. En un plano más académico recuerdo el capítulo Terrorismo islámico: las raíces doctrinales de Antonio Elorza en el libro El Nuevo Terrorismo Islamista: Del 11-S al 11-M (Temas de Hoy,2004), en el que el autor, basándose en pasajes del Corán y los hadices, extraía conclusiones muy contrarias a la afirmación del Rey saudí. Abdenur Prado, presidente de la Junta Islámica Catalana, contestaba al respecto (http://www.mundoarabe.org/yihad_islamofobia.htm#_ftn5 ) tratando de matizar las interpretaciones. No es la primera vez que encuentro argumentos que tratan de mitigar la aparente hostilidad del verbo coránico, y lo más recurrente es plantear dificultades de traducción. De hecho, la famosa y manida palabra Yihad no tiene una traducción literal única, si no muchas, incluyendo además referentes a conceptos e ideas que van más allá de una palabra con un significado concreto. Lo que sin embargo trasciende, es la idea de la Guerra Santa. Problemas de léxico y de interpretación, y llegados a este punto, de manipulación interesada en uno u otro sentido. Pero tampoco habría que extrañarse demasiado si un texto religioso contiene sangre, si buscamos en nuestra raíz cultural el Antiguo Testamento se asoma como una historia llena de violencia y destrucción y parábolas nada edificantes. Por fortuna entre el cristianismo cada vez quedan menos locos que toman al pie de la letra determinados versículos.

Sin embargo lo chocante de estas palabras es que provienen de una persona cuya familia está en el trono desde que pactaron con las tribus wahabitas la toma del poder. El wahabismo es una de esas vertientes islámicas que miran al Corán de un modo integrista y radical, en Arabia Saudí es ley, y trata por todos los medios, con el considerable apoyo del dinero del petróleo, expandirse. Son numerosas las escuelas musulmanas que diseminadas por el mundo se han cimentado bajo la tutela wahabista, y que Arabia Saudí sea semillero constante de terroristas yihadistas no es casualidad. Hoy, el diario El País, publicaba la historia de Hadi Saeed al Mutif, el cual lleva quince años condenado a muerte por soltar en público una gracia (blasfemia) acerca de Mahoma. Al Mutif contó además con la desgracia de ser de confesión chií ismailita, rama tenida por el wahabismo dominante (como muchas otras), por blasfema, impía, corrupta, herética y fuera del Islam verdadero. Takfir, o lo dicho en román paladino, lo peor de lo peor. Y en ello se apoyaron los jueces.

Es un mero ejemplo para ilustrar lo absurdo de las palabras del Rey Abdalá teniendo en casa centenares de ejemplos que dinamitan cualquier posibilidad de dar un mínimo de crédito a su buena fe. Si duermes con la serpiente tienes que sacarla de la cama antes de meter en ella a otro invitado. ¿Qué nos queda para darle un mínimo de sentido? La situación geopolítica actual. No puede enfocarse desde otro punto de vista. En un momento en el que la gran política internacional pone el punto de mira en cualquier cosa que huela a radicalismo islámico, es perfectamente lógico que el Rey saudí financie, organice e inaugure un foro internacional y multicultural y suelte un discurso de este tipo. Lavado de cara, maniobra distractoria, diplomacia vacua. Arabia Saudí sigue jugando a dos bandas, como desde hace tiempo, permitiendo la estancia de tropas estadounidenses en su territorio y consintiendo que los radicales, indignados por ello, sigan siendo ley.

miércoles, 16 de julio de 2008

INAUGURACIÓN

Cuando uno se encuentra en la tesitura de inaugurar un blog personal debe darse cuenta que, aunque en un principio solamente lo sigan aquellos allegados a los que se ha dado aviso de su existencia, el mero hecho de estar inserto en la red lo hace visible a los ojos de cualquiera. La línea de lo íntimo y lo privado se difumina y hay que ser responsable con lo que se muestra, no vayamos a creer que una foto comprometida o un comentario embarazoso no pueden llegar a ojos de quien no se quiere. Hay una libertad sin parangón, pero uno no debe ser inocente consigo mismo y refugiarse en este entorno como si la intimidad se hubiese evaporado del todo. En una época en que el exhibicionismo personal sin escrúpulos aflora, muchos no pueden evitar el abrirse por completo en el ciberespacio, pero conscientes de su vulnerabilidad pública eligen pseudónimos para identificarse.

No es el caso. Este blog se llama Doctor Stockman con toda la intención del mundo. Mi aproximación al mundo de la dramaturgia y el teatro es tardía, pero intensa. Gracias a una personita a la que adoro pude conocer la obra de Henrik Ibsen (Un enemigo del pueblo) y fascinarme con lo que representa el personaje del Doctor Stockman. Un hombre de ciencia, apasionado de su trabajo y los descubrimientos empíricos, pero a la vez un hombre que se aproxima a la sociología y ve chocar el pensamiento racional basado en las certezas con otro tipo de pensamiento racional, el del interés propio. De este modo el Doctor Stockman descubre como su marco lógico se desmorona y las certezas, aquellas que los hombres tanto necesitan para asirse a ellas como salvación frente al vértigo de lo desconocido y el no-saber, esas certezas tan sólidamente asentadas, empiezan a tener fugas. De este modo el Doctor Stockman se convierte en un alter-ego, en un referente iconográfico, en una metáfora de la vida, en la excusa necesaria para dotar a este cuaderno virtual de un nombre que contenga un significado en sí mismo, y eso hace el autor, lo escoge, aún a riesgo de que algún erudito en la materia le rebata con una opinión mucho más experta sobre el significado del personaje. Pero al autor no le importa, le es suficiente con elevar su propia interpretación porque, al fin y al cabo, la línea comunicativa entre creador y espectador no es siempre uniforme. Mi visión de lo que significa el protagonista de Ibsen es esta, pero es mía, no es excluyente de las demás.

Y de eso versa este blog, de las dudas. Norberto Bobbio aseguró que el sabio moderno es aquel que, ante todo, duda. Y estoy de acuerdo en que sin estar permanentemente cuestionando las cosas el pensamiento humano no puede avanzar, sin el gobierno de un espíritu crítico navegamos sin timón. Y esa es la intención, plantear cuestiones. Como se irá viendo uno tiene sus temas favoritos, los que más domina, y es lógico que se vaya produciendo un sesgo, pero también hay otros muchos que le inquietan y domina menos, y esperando enganchar a los amigos (y algún desconocido), querrá proponer debates. Además se irán dejando ver simples aficiones: musicales, literarias, cine...

Este Doctor Stockman, el que firma, espera no aburrir y que esto se convierta en algo interesante.

Desde ya, un saludo de bienvenida a los que aún están por llegar.